El 14 de diciembre escuchábamos en las noticias el caso de una familia que había muerto por intoxicación.  Los afectados presentaban síntomas similares a los de la gastroenteritis, tales como náuseas, vómitos y dolor abdominal, según las fuentes, confundiendo así la causa de su muerte. 

Hace unas semanas se descubrió que el verdadero motivo fue el almacenamiento de unos tapones en el cuarto de baño que el padre utilizaría para su posterior reciclaje. Debido al fosfuro de aluminio, un plaguicida que, en contacto con el agua o la humedad, se transforma en un gas muy tóxico llamado fosfina, provocó su muerte en pocas horas. 
Con esta noticia queríamos un ejemplo de que reciclar es beneficioso para todos, siempre y cuando sepamos como hacerlo correctamente. 
Contribuir al reciclaje es algo que deberíamos hacer todos, pero bien informados, para así evitar algún disgusto.